Con trapito cuqui y cuchara de madera. / AINHOA GOMÀ
La shakshuka es un plato de origen magrebí, pero el país donde alcanza el estatus de plato nacional es Israel. Se supone que los judíos tunecinos y de otros países del norte de África lo llevaron allí en los años cincuenta, y desde entonces su presencia no paró de crecer hasta convertirse en algo casi tan común como la tortilla francesa en España. No penséis en nada que suene especialmente raro a los paladares españoles: se trata de la enésima combinación mediterránea de pimiento rojo, tomate y huevo.