Pocas cosas me gustan más que disfrutar de un espeto de sardinas en compañía de un tinto de verano. Dejémonos de cursiladas, se reconozca o no se trata de un trago ideal para tomar con determinadas comidas al borde de la playa.
Aunque casi nadie lo comente la sangría española (clericot o clericó en varios países de Latinoamérica) pierde terreno frente a su competidor directo, el tinto de verano, bebida que se prepara al instante y resulta más refrescante. Por mi parte ni quito ni pongo rey, según los casos me gustan ambas. ¿A qué llamamos sangría? ¿Cuál es la razón de su lenta decadencia? Se trata – ya se sabe -- de vino rebajado con gaseosa o limonada en el que se han macerado frutas de temporada. Lamentablemente, muchas de las sangrías typical spanish se han convertido en brebajes para turistas donde flotan trozos mustios de albaricoques, peras, piñas, melocotones y hasta plátanos. Me refiero a esas que llegan a las mesas en jarras de cristal con serpentinas de pieles de naranja o limón enroscadas al asa, en cuyo interior se agazapan cantidades variables de triple seco, vermú, brandy, curaçao y hasta palos de canela con abundante azúcar. El alcohol que no falte. Pócimas de sombrilla que se pegan al hígado, provocan dolor de cabeza y tumban al más pintado.
Pueden ser pésimos brebajes o, lo digo alto y claro, algo bastante refinado. Os lo voy a demostrar con mi receta de frambuesas. No invento nada, simplemente me inspiro en la que servía Clodoaldo Cortés en el desaparecido restaurante madrileño Jockey. En la fórmula original se maceraban frambuesas en vino de Borgoña durante 3 horas con algo de azúcar y cubitos de hielo. En el momento final se añadía una botella de champagne. Las frutas rojas aromatizaban el vino y el champagne aportaba ligereza y la chispa de las burbujas. Mi receta, algo más modesta, elaborada con rioja y cava no desmerece en absoluto.
Sangría de frambuesas Capel: 1 botella de rioja de crianza ¼ kg de frambuesas, 6 cucharadas soperas de azúcar, 1 botella de cava seco, 6 cubitos grandes de hielo Elaboración: Dejar macerar en la nevera en un bol grande el vino de rioja con las frambuesas durante 3 horas. Añadir los cubitos de hielo y el azúcar. Revolver suavemente. Antes de consumir añadir el cava bien frío.
En lo que se refiere al tinto de verano (vino tinto con gaseosa) transcribo la mejor receta que he probado hasta ahora, la del chiringuito del campo de golf del Marbella Club que preparan al minuto en un vaso grande delante de los comensales.
Tinto de verano del chiringuito Marbella Club: Mezclar en un vaso grande 70% vino tinto joven de la Ribera de Duero, 30% de Sprite fresh con un toque de lima Rose´s y abundante hielo. Las proporciones pueden variar al gusto.
¿Algún otro trago de verano? Me gusta el rebujito andaluz del que, con el tiempo, he probado diferentes versiones en El Rocío y en la Feria de Sevilla. La receta que transcribo, francamente buena, pertenece al restaurante madrileño Fismuler recién inaugurado. Una fórmula del especialista dominicano Moisés Polanco que no es una simple combinación de vino fino de Jerez con Sprite, sino que requiere una preparación previa. Los resultados justifican el esfuerzo.
Rebujito del restaurante Fismuler
Ingredientes: Piel de 10 limas; 100 gr. de hierbabuena; 25 gr de jengibre, 25 gr de ácido cítrico, 875 gr de azúcar, 1750 ml de agua. Preparación: Pelar las limas y verter las pieles en un cazo. Exprimirlas y reservar el zumo aparte. Añadir la hierbabuena. Pelar el jengibre, picar y colocar junto con las pieles. Añadir el ácido cítrico y el azúcar. Añadir el agua y llevar a ebullición a fuego medio. Justo cuando rompa a hervir retirar del fuego. Dejar enfriar media hora y filtrar. Elaboración: Mezclar 200 ml de este concentrado con 50 ml de jugo de las limas y 150 ml de manzanilla de Sanlúcar. Añadir 300 ml de soda y cubitos de hielo al gusto. Decorar con rodajas de lima y hojas de hierbabuena.
¿A alguien se le ocurre alguna otra bebida Typical Spanish propia del verano?
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