Mito y verdad tienen escasa relación. Sobre un fondo de verdad, un mito es esencialmente una fabulación.
Fidel es un mito, una fabulación de la que él mismo es creador y protagonista.
Es un mito su socialismo: a la vista está la ruina a la que llegó el modelo soviético.
Lo es la patria soberana: para librarla de la dependencia estadounidense la sometió y se sometió a la dependencia soviética.
Junto al mito, una realidad incuestionable: puso a Cuba en el mapa. Pasó de un estatuto semicolonial a condicionar la relación entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Nunca Cuba volverá a ser tan relevante. Nunca volverá a tener el mundo en vilo, al borde la guerra nuclear.