El verso manoseado más que citado de Espriu no pide que se extiendan los puentes de diálogo sino que sean seguros, es decir, que no se nos hundan bajo los pies. Pertenece a un poema de 'La pell de brau' en el que el poeta entona una plegaria por Sepharad, para que "viva eternamente, en el orden y en la paz, en el trabajo y en la difícil y merecida libertad".
No se trata de reanudar el diálogo, sino de hacerlo de forma cierta y segura. Que el puente sea auténtico, no un artefacto de cartón piedra. Que no se nos rompa en cuanto lo carguemos con el peso excesivo de nuestros argumentos. Hay que leer, en todo caso, los versos que siguen para entender su significado pleno: "y trata de comprender y amar las razones y las hablas diversas de tus hijos".