¿Diría que la sociedad española es democrática?
Fuente: CIS
Cuidado, pues la española no solo sigue instalada como una de las sociedades más desmoralizadas en Europa sino también como una en las que de forma alarmante rápida aumenta su desconfianza en la política y hasta en la democracia. Es un giro explicable –no solo por la falta de perspectivas económicas- pero peligroso. Los indicadores del último Eurobarómetro y de la última encuesta del CIS deberían hacer sonar las alarmas. Es un aviso serio para que se recupere la Gran Política.
En lo que se refiere a España, la encuesta europea de otoño de 2012, recién publicada, señala que un 91% de los ciudadanos declaran más bien no confiar en los partidos políticos. Era un 84% un año antes (y la media en la UE es de un 80%). Lo mismo pasa con el Gobierno (desconfianza de un 86%, frente a un 80% a finales de 2011 o el Parlamento (85%, 11 puntos que en el otoño de 2011). Las autoridades regionales o locales tampoco se salvan (77% de desconfianza, frente a un 50% de media en la UE). Y la desconfianza en la propia Unión Europea también se ha agravado (72%, 10 puntos más) la imagen de la UE permanece sobre todo neutra, como a la expectativa más. Aunque, significativamente, se apoya mayoritariamente (63% en España, 53% en el conjunto de la UE) la idea de una unión económica y monetaria con una sola moneda, el euro.
La visión negativa de la política no es un fenómeno propiamente español. Piénsese que de forma agregada en la UE, el nivel de confianza más elevado en los últimos ocho años tanto en la propia Unión (57%), como en el Parlamento nacional (43%) o en el Gobierno nacional (41%) se dio en la primavera de 2007, antes de la crisis. Ahora, la confianza ha bajado respectivamente a 33%, 28% y 27%.
En el caso español las conclusiones del Eurobarómetro coinciden en líneas generales con la tendencia observada por el CIS en donde no sólo la clase política y los partidos lleva ya más de dos años percibida como el tercer problema principal por los españoles, sino que ahora la preocupación por la corrupción política ha dado un salto espectacular, al 17,2%.
Preocupante resulta también como la propia sociedad, según el CIS, se ve de forma mayoritaria (52,7%) como poco democrática, aunque algo más como tolerante. Y tampoco ve un futuro esperanzador al respecto en la perspectiva de un lustro en que para un 49,6% de los ciudadanos la corrupción política habrá aumentado. Esta visión de sí misma –como la insatisfacción con la democracia- se empezó a torcer a partir de 2004, y a invertir hace dos años, como refleja el gráfico. En diciembre de 2010, aún un 58,8% veía a su propia sociedad como muy o bastante democrática.
Aunque, los españoles parecen más pesimistas con España (79% piensa que las cosas no van en la buena dirección –media europea, 56%), que con la UE (respecto a la cual un 60%, frente a un 80% un año antes, piensa lo mismo), según el Eurobarómetro). En general en Europa (23%) y en España aún más (28%), la UE va mejorando su posición en la percepción de cuál es el nivel más efectivo para abordar la crisis, en detrimento del Gobierno nacional (17% en España).
Por cierto que no es solo cuestión de la política. También la prensa escrita pierde credibilidad: 62% de desconfianza en España, frente a 52% hace un año). Sólo se salva la radio. Y, relativamente, Internet.
Como decía, todo es explicable. Para muchos españoles, progreso democrático, progreso económico y progreso europeo han ido de la mano, a pesar de los baches en el crecimiento y la creación de empleo. Pero es la primera vez que los tres marcos están en crisis. Por falta de dirección y de proyecto en todos ellos. Por la sensación de que las grandes decisiones sobre España se toman fuera del marco nacional. Y por una crisis de las legitimidades que también tiene que ver con la austeridad, la reducción de las prestaciones a los ciudadanos, como ya ha apuntado Fernando Vallespín, y la reacción frente a los políticos. Estemos más que atentos.