No seguí demasiado la serie Pulseras Rojas, la que retrata la vida de varios chavales aquejados de diversas enfermedades en la planta de pediatría de un hospital. Pero sí vi algunos capítulos. Recuerdo que la serie tomaba la enfermedad de los chavales como la percha, la excusa que hacía que se encontrasen. A partir de ahí, aun con la muerte sobrevolándoles, lo que la serie contaba realmente era la vida. Las alegrías y sinsabores de los ingresados, sus correrías nocturnas, sus amoríos, buenas y malas rachas, sus deseos y sus temores, sus disgustos, su amistad. La vida. Olvidaban -y olvidaba el espectador- la enfermedad y se centraban en todo lo demás. Eso mismo es lo que pretende desde 2010 la Fundación Juegaterapia. Es una organización sin ánimo de lucro que se dedica fundamentalmente a hacer que los niños que están hospitalizados olviden, siquiera por un rato, eso, que están hospitalizados, que padecen una enfermedad. La Fundación le declaró recientemente la guerra al cáncer y hoy, día Internacional del Cáncer Infantil, quieren compartir con todo el mundo eso de lo que hablábamos, lo que no es la enfermedad de los niños enfermos. Sus risas, concretamente.