Microbichitos

Microbichitos

Los microbios no los vemos, pero sus efectos, para bien o para mal nos afectan a diario. Más numerosos que todos los demás seres vivos, algunos más antiguos que todos ellos, probablemente seguirán dominando la Tierra mucho después de que los humanos desaparezcan.

Sobre el autor

>Miguel Vicente

Miguel Vicente, Profesor de Investigación del CSIC publicó su primera colaboración en EL PAÍS en 1983. Dirige un laboratorio en el Centro Nacional de Biotecnología, y cree que relatar al público con sencillez los resultados de la investigación es su deber. Puede que algún día se jubile, pero científico lo será hasta que se muera, mientras tanto sigue trabajando y en algunos ratos libres divulgando la Microbiología.

MICROBICHITOS NO ES un consultorio de salud. No podemos responder a consultas de carácter médico-sanitario que expongan casos personales. MICROBICHITOS desaconseja la automedicación, los comentarios que animen a ella serán eliminados. Para buscar alivio a las dolencias debe acudirse al médico.

Último libro

Ni contigo ni sin tí, guía para entender los microbio

Ni contigo ni sin tí, guía para entender los microbios

Los microbios no son tan llamativos como los tigres, las ballenas o los árboles de la selva, y no suelen aparecer casi nunca como héroes de películas, cuentos o cómics. Y, sin embargo, son los seres vivos más abundantes de nuestro planeta. Este libro ofrece una guía para entender cómo viven y cómo nos afectan los microbios, desde lo que comemos hasta las enfermedades que sufrimos. Una visión asequible, pero también rigurosa, amena y actualizada.

¿Quedará algún lugar sin bacterias? *

Por: | 13 de julio de 2014

Parece que no hay sitio en el mundo que se libre de la presencia de bacterias, poco a poco se descubren en lugares sorprendentes. Se creía que la placenta y la leche materna estaban libres de ellas, pero parece ser que no. Según los resultados de un estudio que incluye mas de trescientos casos, realizado por investigadores de Houston, el microbioma presente en la placenta puede albergar una variada población de bacterias cuya composición se asemeja a la de la boca. Con una diferencia, que las bacterias identificadas en la placenta tienen un metabolismo de cofactores y vitaminas más activo que el de otras zonas del cuerpo, incluido el intestino y la boca. En consecuencia, que ya antes de nacer entramos en contacto con las bacterias.

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Imagen de una ecografía fetal mostrando la placenta humana y el cordón umbilical. Coloreadas en rojo las arterias y en azul las venas, Fuente: W. Moroder. Wikimedia commons. 

Los investigadores ya sabían que la proporción de las diversas bacterias del intestino del recién nacido no se corresponde exactamente con las de la vagina materna y se preguntaron cuál sería su procedencia. Lo que ha sido sorprendente es que las bacterias más abundantes son las de la placenta. Entre ellas se encuentra la omnipresente Escherichia coli, que parece ser una fiel compañera del ser humano, tanto en la salud como en la enfermedad.

A las bacterias que recibimos de la placenta pronto se añaden las del canal del parto, seguidas de inmediato por las de la piel de la madre y a continuación por las de la leche. El que haya bacterias en la leche ha sido otra sorpresa. Se suponía que era estéril y que las bacterias aisladas de ella eran contaminaciones transmitidas por la boca o la piel. Ya un estudio publicado en 2008 por investigadores de la Universidad Complutense había encontrado que si se inoculaban hembras de ratón gestantes con una bacteria obtenida de la leche de una mujer sana, se encontraba esa misma bacteria, Enterococcum fecium, en el meconio (las primeras heces) de las crías obtenidas por cesárea.

Las especies de bacterias que aparecen en la leche humana son variables y su composición puede reflejar los distintos entornos en los que se vive. Los investigadores especulan con la posibilidad de que la madre ofrezca al lactante una muestra de las bacterias con las que frecuentemente va a encontrarse en la vida y que ello sirva para entrenar al sistema inmunitario ayudando así probablemente a desarrollar defensas frente a las infecciones.

REFERENCIAS:

K. Aagaard, J. Ma, K. M. Antony, R. Ganu, J. Petrosino, J. Versalovic, The Placenta Harbors a Unique Microbiome. Sci. Transl. Med. 6, 237ra65 (2014).

Hunt KM, Foster JA, Forney LJ, Schütte UME, Beck DL, et al. (2011) Characterization of the Diversity and Temporal Stability of Bacterial Communities in Human Milk. PLoS ONE 6(6): e21313. doi:10.1371/journal.pone.0021313.

 

* DESPEDIDA:

Aunque cada día se amplía el número de lugares habitados por las bacterias, pronto habrá uno libre de ellas, los BLOGS de EL PAÍS. Al menos estará libre de las bacterias que durante tres años han estado habitando “Microbichitos”. A partir del 18 de julio de 2014, por una decisión editorial de EL PAÍS, el número de blogs que albergará sus páginas va a reducirse a unas decenas, lo que ha llevado a, según palabras textuales, “apostar por temáticas más generales”.

Aunque nueve de cada diez células del cuerpo son bacterias, los “microbichitos” no tienen suficiente interés general como para mantener este foro. Escribir los artículos, una tarea agradable y solo remunerada por el interés de los lectores, no ha estado exento de esfuerzo por lo que, sin acritud, me voy a tomar un descanso y disfrutar de algún fin de semana libre. Solo me resta agradecer al periódico el que haya alojado los artículos durante estos años, a los redactores que muchas veces lo han publicitado y a los seguidores que lo han difundido y comentado. ¡Hasta la próxima!

Miguel Vicente

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El País

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