Con esto de que el Borbón ha abdicado su corona de repente (y a saber por qué, la verdad, lo ha hecho así, deprisa y corriendo, dado el lío jurídico que se va a organizar por no tener el tema mínimamente previsto, a falta de la ley orgánica de desarrollo del tema que prevé la Constitución y que parece que va a obligar a una acelerada aprobación de una norma ad hoc, todo tan edificante como siempre) parece obligado hoy hablar un poco de la figura del Rey en este país nuestro. Pero la verdad es que no tengo muchas ganas. Da mucha pereza repetir lo evidente. De modo que me limito a enlazar aquí las dos últimas cosas que escribí hace unos meses sobre la Monarquía en España, donde creo que queda expuesto lo fundamental (por lo demás, para los viciosos, todos los escritos en el blog sobre forma de Estado están aquí):
- Entre Hendaya y Cartagena, Su Majestad escoja
- ¿Un Rey comisionista? A vueltas con la toxicidad de la institución
Sí puede ser más interesante que repetir cosas ya dichas, sin embargo, y más allá de recordarlas y de alertar sobre el show jurídico que puede venirse encima con la Ley Orgánica express que PP y PSOE ya han prometido ofrendar a los Borbones, analizar un poco cuáles son los perfiles del pensamiento monárquico jurídicamente más elaborado de nuestros días y en nuestro país. De todo lo que tengo controlado más o menos reciente el libro que se acerca más a un intento de justificar y explicar desde el ordenamiento jurídico (y sin ofender a la inteligencia del lector) lo que es y debería (a juicio de su autor) ser nuestra Monarquía es el de Gaspar Ariño Ortiz (publicado por Iustel el año pasado y prologado por Juan Antonio Sagardoy Bengoechea). Es una de esas cosas que yo me leo porque no puedo evitar cierta tendencia necrófila, cosa que hice hace unos meses, lo que me permite dejar aquí constancia de ciertas sorpresas que me produjo el texto, pero también de algunos apuntes que quizás puedan permitir entender por dónde puedan ir algunos de los cambios que se pretendan dar a la institución monárquica con el relevo de Campechano I por Pre-parado I. Vamos allá.