El exemisario de Naciones Unidas para la antigua colonia pide tomar medidas para que los saharauis no opten por la violencia
Peter van Walsum, diplomático holandés de 79 años, siempre ha sido reacio a celebrar un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental que España entregó a Marruecos en 1975. “No creo en él porque no es realista e insistir en convocarlo solo servirá para prolongar indefinidamente el conflicto”, me escribió la semana pasada en un correo.
Ese convencimiento le valió a Van Walsum perder el puesto de enviado especial del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para el Sáhara. Mohamed Abdelaziz, el líder del Frente Polisario que lucha por la independencia del Sáhara, escribió una carta, en agosto de 2008, a Ban Ki-moon en la que sostenía que el holandés se había “descalificado” para el cargo. El secretario general le hizo caso y optó por no prorrogar el mandato (2005-2008) de su mediador en el conflicto.
Seis años después de su destitución el que ha sido el enviado especial más afín a las tesis marroquíes reaparece pero para marcar ahora distancias con Rabat. Él y Frank Ruddy, un exembajador de EE UU y jefe adjunto de la MINURSO (el contingente de la ONU desplegado en el Sáhara) han remitido la semana pasada una carta al presidente francés François Hollande.