Madrid
La otra noche en la celebración en Cibeles, me volví a encontrar con este señor que ya saqué por aquí hace cuatro años. Él y sus pancartas son ya uno de esos personajes urbanos, que como los hermanos heavies de la Gran Vía, merecerán calle, plaza o estátua para ser siempre recordados por todos los madrileños venideros.
Esta vez no se quejaba del spam telefónico. Avanzaba decidido a contracorriente entre los merengues que subían por el Paseo del Prado. Que la resaca de la décima no dejara las urnas vacías. "- Votad a quien queráis, pero votad y si son partidos pequeños, mejor" le decía a los chavales que le paraban para hacerse una foto con él.