Dice la leyenda que la pirámide del adivino se construyó en una sola noche. Que un enano nacido de un huevo, con capacidad para predecir el futuro, retó al gobernador de la ciudad maya de Uxmal y le usurpó el cargo. Sus 35 metros de largo y, sobre todo, las cinco estructuras que conforman la edificación dejan patente que la leyenda no es más que eso, una leyenda, y que fueron hombres corrientes quienes levantaron el templo. Algo que, a juzgar por la magnitud del monumento y las altas temperaturas del Yucatán, se antoja casi más heroico que la supuesta gesta del adivino.
Los ruteros visitaron hoy este yacimiento arqueológico, uno de los más importantes de la cultura maya, con una extensión de 10 kilómetros cuadrados. Como siempre, fueron divididos en grupos —la organización es fundamental cuando se viaja con dos centenares de adolescentes—. El número ocho tuvo suerte. Recibió las explicaciones de María Josefa Iglesias, experta en antropología de América y profesora en la Universidad Complutense de Madrid. Una enciclopedia andante que, además, tiene sentido del humor. "Venga, a mover el culo y a subir hasta arriba". Y los chavales, venga a subir escaleras. Dejando a cada paso miles de años de historia bajo sus pies.