La expedición al completo ha abandonado México. La aventura continuará al otro lado del charco, en España. Los expedicionarios disfrutan de la experiencia, quizás ajenos a que es posible que esto se acabe. Al menos, más ajenos que los miembros de la organización. La experiencia es un grado, y son conscientes de que el reto que tienen por delante no es pequeño. Después de que el BBVA anunciara que suspenderá su subvención, deben replantearse el programa y buscar otro patrocinador. Ardua tarea. Más aún, sin Miguel de la Quadra-Salcedo, fallecido el pasado mayo. Esta, que es la trigésimo primera edición de un proyecto ideado, impulsado y mimado cada día por el periodista y explorador, es la primera que se celebra sin él. Y podría ser la última ruta.