Tienda de ropa a la que sólo pueden entrar mujeres en el asentamiento de Beitar Illit. / A.C.
Hace pocas semanas una judía ultraortodoxa me paseó por el centro comercial de Beitar Illit, un asentamiento en el que 40.000 israelíes viven incrustados en los territorios palestinos. Es sin duda, un lugar fuera de lo común, en el que sólo viven judíos ultrareligiosos y en el que la separación entre hombres y mujeres está a la orden del día. En los autobuses, en la sinagoga, en las escuelas… Lo que no esperaba encontrar fue una tienda segregada en la que sólo pueden entrar mujeres.
El comercio que aparece en la foto es una tienda de lencería y pijamas vetada a los hombres. Royal Rose, sólo para mujeres, dice el cartel. El exterior es opaco y no es posible ver a través del escaparate lo que hay dentro. En el interior hay un enorme despliegue de prendas con estampado de leopardo, Hello kittys y encajes varios. Hay también un estante cubierto por una cortina que hay que correr para poder ver lo que hay detrás. Es el que esconde las bragas y los sujetadores.
La segregación de hombres y mujeres en la vida pública en Israel va en aumento y es un asunto que preocupa a algunas activistas, como me explicó una abogada israelí, Ricki Shapira, autora de un estudio titulado “Excluidas en nombre de Dios. Segregación por géneros en los espacios públicos en Israel”. En algunos barrios religiosos de Jerusalén hombres y mujeres entran por puertas distintas al centro de salud, hacen colas diferentes ante la oficina de correos y en ocasiones hasta caminan por aceras paralelas.
Peluquería para mujeres en Cisjordania. / A.C.
Al otro lado de la invisible frontera que separa a palestinos e israelíes, la situación no es muy distinta. En los ambientes palestinos conservadores hombres y mujeres celebran las bodas por separado. Las peluquerías de mujeres tienen como la tienda de Beitar Illit los cristales pintados para que nadie pueda ver a las mujeres sin velo que están dentro. Cuando cae la noche, los chicos salen con los chicos a fumar la pipa de agua, a cenar o a lo que les apetezca. Las chicas se quedan en casa.