Mundos paralelos (3)
Repaso por la creación cultural taurina y adyacente a la Feria de San Isidro
David Mora en el momento se sufrir las graves cornadas el pasado día 20 en la plaza de Madrid. Fotografía de Santi Burgos.
El pasado 20 de mayo ocurrió un hecho poco habitual en el espectáculo taurino. El festejo se suspendió tras la lidia del segundo toro pues los tres matadores participantes estaban siendo auxiliados médicamente en la enfermería de varias cornadas y lesiones. El cirujano jefe de la plaza de toros de Madrid, Máximo García Padrós, certificó la incapacidad de los diestros para continuar con la lidia de los toros restantes que esperaban en chiqueros. De los tres partes médicos se esperaba con desazón el de David Mora, que había resultado herido de manera dramática. Su pronóstico fue de muy grave tras dos cornadas, una de ellas en el muslo izquierdo con “arrancamiento de la vena femoral y colaterales…; contusión de la arteria femoral superficial…; y trasfusión de dos unidades de concentrado de hematíes y gelafundina”
Los medios de comunicación ven en el hecho de la suspensión una anécdota cotizada por puntual y extraña. Los aficionados se hacen cargo de los riesgos de este espectáculo. Y los médicos, sobre todo los cirujanos taurinos, miran el acontecimiento con admiración profesional los medios sanitarios que tiene la plaza de Madrid. Al día siguiente, se hizo inevitable recordar esta circunstancia en las Jornadas de Aspectos Sanitarios y Legales de la Fiesta Nacional, en su tercera edición, que tuvo lugar en Guadalajara, organizadas desde el Colegio de Médicos de la provincia castellana y que estuvieron presididas por Ramón Ochoa, cirujano taurino y miembro de la Sociedad Española de Cirugía Taurina (SECT).